(Azul+) Una de las preguntas más frecuentes cuando se aborda el
tema de la sexualidad en referencia a la prevención de las infecciones de
transmisión sexual es si a través del sexo oral (o buco-genital) se pueden
transmitir estas enfermedades.
Esto dependerá del tipo de
infección; por ejemplo, si la persona a la que se le está practicando el sexo
oral tiene de forma activa (no tratada) sífilis o gonorrea, hay una posibilidad
muy alta de que se transmitan estas bacterias y la persona que está realizando
la práctica está en un riesgo elevado. Lo mismo sucedería si la persona a la
que se le realiza el sexo buco-genital tiene condilomas (verrugas) producto del
Virus de Papiloma Humano (VPH), causante de varios tipos de cáncer.
Es de suma importancia que cuando
se vaya a realizar esta práctica, primeramente que haya higiene previo (lavado
con agua y jabón) y observar que no exista alguna condición irregular en el
pene o la vulva como manchas, secreciones, mal olor o verrugas. Si se observa
alguna de estas características, la recomendación es no practicar el sexo oral.
El caso del VIH
Si bien la posibilidad de la
transmisión del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) a través del sexo oral
es menor cuando se compara con el sexo vaginal o anal siempre están las
posibilidades. La doctora Mirian Sotolongo, inmunóloga y especialista en VIH
del Programa Regional de VIH/Sida-ITS del Zulia destaca que “No se puede obviar
esta práctica como una posibilidad de transmisión del virus, porque hemos
atendido casos que todo indica que la infección llegó por la práctica del sexo
oral”.
En el caso específico del VIH
también va a depender de la carga viral (cantidad y concentración del virus) en
la sangre, el semen, fluidos vaginales o lubricación preseminal. En la medida
que una persona con VIH tenga una carga viral más elevada hay más posibilidades
que el virus pueda ser transmitido a otra persona. Estudios en Europa
demuestran, por otro lado, que cuando la persona está bajo tratamiento
antirretroviral, tiene la carga viral controlada o baja y sus células CD4
(linfocitos del sistema inmunológico indispensables para hacer frente al VIH en
el organismo) las posibilidades de transmisión del virus son mínimas, por no
decir que nulas.
En este aspecto, Johan León,
activista y consejero en materia de VIH, recomienda que además de la higiene y
de visualizar que los genitales estén en buen estado, la principal
recomendación es que no haya contacto del semen con la boca, mucho menos que
este fluido sea tragado como parte de la práctica sexual. “Si bien es cierto
que nuestro organismo dispone de defensas naturales, incluso en la saliva,
cuando el virus ingresa en grandes cantidades (como las que puede haber en el
semen o fluidos vaginales) hay mayores posibilidades de que ocurra la
transmisión del VIH”.
León señala que existen estrategias
para reducir riesgos, en las que destacan el uso de condones de sabores, hacer
gárgaras con enjuague bucal, no tragarse el semen o practicar el sexo oral
recorriendo las zonas periféricas del pene o la vulva. “Hay varones que creen
que la única zona sensible de sus genitales es el glande (la cabeza del pene) y
desean que el sexo oral se practique exclusivamente en esa zona, sin embargo
hay otros espacios en los que hay gran cantidad de terminaciones nerviosas que
producen mucho placer y no representan riesgos como la base del pene, el
escroto (bolsa que contiene los testículos) o el perineo (zona de piel entre el
ano y los testículos)”, destacó.
“Obviamente los riesgos reducen
mientras menos parejas sexuales tengamos –aseguró el activista- y mientras más
conozcamos el estado de salud de la persona con quien estemos compartiendo en
la intimidad”.
No se trata de no realizar el
sexo oral, sino de reducir a un mínimo los riesgos de transmisión de ITS por esta
práctica tomando en cuenta las recomendaciones previas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Comente esta nota acá: