Por: Rolando Bracamonte
Con la salida al mercado de nuevos medicamentos antirretrovirales (ARV) se ha incrementado el número de posibilidades y combinaciones para lograr un tratamiento de alta efectividad, (denominado TARGA entre los especialistas del tema) para las personas que viven con VIH/Sida. Sin embargo, existen otros factores que influyen en la adherencia y consecuente fracaso o éxito de las terapias.
El tratamiento recomendado para la infección por VIH consiste en una combinación de tres o más medicamentos ARV que atacan desde diferentes frentes la replicación del virus, aunque no puedan eliminarlo, y cada una de estas terapias debe ser recomendada por un médico especialista en acuerdo con el paciente.
Si el tratamiento fracasa
Se considera un fracaso del régimen cuando no se obtienen los resultados deseados y continúa la replicación del virus, al tiempo que bajan los conteos de células CD4, CD8 y otras del sistema inmunológico, lo cual puede iniciar o acelerar una serie de signos y síntomas que degeneran la salud. El fracaso terapéutico puede deberse a varias razones; entre otras, el mal estado de salud previo al inicio del tratamiento, por haber creado resistencia previamente a los medicamentos en una terapia anterior, por la baja o mala absorción de las drogas por parte del cuerpo, también puede deberse a la inconsistencia en la toma de las dosis (dejar de tomarse los medicamentos en el horario y la cantidad recetado por el médico tratante), por el abuso de drogas recreativas y/o alcohol, efectos secundarios de los medicamentos, la toxicidad de los mismos o la interacción con otros medicamentos.
Puede tratarse de un fracaso virológico; cuando luego de algunos meses después de iniciar el tratamiento no se logra bajar la carga viral hasta quedar indetectable o al menos bajarla significativamente, o si por el contrario aumenta la cantidad del virus en la sangre. Se habla de fracaso clínico cuando la persona que vive con VIH/ Sida (PVVs) desarrolla infecciones o enfermedades relacionadas con el VIH y empeora su estado de salud luego de al menos tres meses de tomar el tratamiento. El fracaso inmunológico se considera cuando no se logra aumentar significativamente el número de linfocitos CD4 en la sangre, o en un caso peor existe una disminución acelerada de éstos.
Si el régimen terapéutico fracasa, el médico especialista debe evaluar la situación, ordenar la elaboración de unos exámenes pertinentes, estudiar el estado físico del paciente, las consecuencias que pudo traer el dicho fracaso y llegar a un acuerdo con el paciente para cambiar la terapia por una más efectiva. En la medida que el virus se hace resistente a los medicamentos se van disminuyendo el número de combinaciones posibles, lo que puede limitar enormemente la posibilidad de encontrar una terapia que pueda bajar la carga viral y aumentar las células CD4 del sistema inmunológico, por lo que es necesario que la PVV logre la mayor adherencia posible a los medicamentos, tomando en cuenta la regularidad y las recomendaciones hechas por el médico.
Con la salida al mercado de nuevos medicamentos antirretrovirales (ARV) se ha incrementado el número de posibilidades y combinaciones para lograr un tratamiento de alta efectividad, (denominado TARGA entre los especialistas del tema) para las personas que viven con VIH/Sida. Sin embargo, existen otros factores que influyen en la adherencia y consecuente fracaso o éxito de las terapias.
El tratamiento recomendado para la infección por VIH consiste en una combinación de tres o más medicamentos ARV que atacan desde diferentes frentes la replicación del virus, aunque no puedan eliminarlo, y cada una de estas terapias debe ser recomendada por un médico especialista en acuerdo con el paciente.
Si el tratamiento fracasa
Se considera un fracaso del régimen cuando no se obtienen los resultados deseados y continúa la replicación del virus, al tiempo que bajan los conteos de células CD4, CD8 y otras del sistema inmunológico, lo cual puede iniciar o acelerar una serie de signos y síntomas que degeneran la salud. El fracaso terapéutico puede deberse a varias razones; entre otras, el mal estado de salud previo al inicio del tratamiento, por haber creado resistencia previamente a los medicamentos en una terapia anterior, por la baja o mala absorción de las drogas por parte del cuerpo, también puede deberse a la inconsistencia en la toma de las dosis (dejar de tomarse los medicamentos en el horario y la cantidad recetado por el médico tratante), por el abuso de drogas recreativas y/o alcohol, efectos secundarios de los medicamentos, la toxicidad de los mismos o la interacción con otros medicamentos.
Puede tratarse de un fracaso virológico; cuando luego de algunos meses después de iniciar el tratamiento no se logra bajar la carga viral hasta quedar indetectable o al menos bajarla significativamente, o si por el contrario aumenta la cantidad del virus en la sangre. Se habla de fracaso clínico cuando la persona que vive con VIH/ Sida (PVVs) desarrolla infecciones o enfermedades relacionadas con el VIH y empeora su estado de salud luego de al menos tres meses de tomar el tratamiento. El fracaso inmunológico se considera cuando no se logra aumentar significativamente el número de linfocitos CD4 en la sangre, o en un caso peor existe una disminución acelerada de éstos.
Si el régimen terapéutico fracasa, el médico especialista debe evaluar la situación, ordenar la elaboración de unos exámenes pertinentes, estudiar el estado físico del paciente, las consecuencias que pudo traer el dicho fracaso y llegar a un acuerdo con el paciente para cambiar la terapia por una más efectiva. En la medida que el virus se hace resistente a los medicamentos se van disminuyendo el número de combinaciones posibles, lo que puede limitar enormemente la posibilidad de encontrar una terapia que pueda bajar la carga viral y aumentar las células CD4 del sistema inmunológico, por lo que es necesario que la PVV logre la mayor adherencia posible a los medicamentos, tomando en cuenta la regularidad y las recomendaciones hechas por el médico.
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