El término depresión tiene diferentes significados para distintas personas. Algunas veces el sentirse triste luego del fallecimiento de un familiar, o después de recibier el diagnóstico de una enfermedad o simplemente haber tenido un mal día, es una experiencia normal de todo ser humano. Sentimientos, incluyendo los no placenteros son parte de estar vivos, sin embargo, a diferencia de los sentimientos normales de tristeza, la depresión implica un período de al menos dos semanas.
Tal como sucede en la atención del VIH, no hay “cura” para la depresión, pero hay una cantidad de opciones disponibles en aumento. No todos los tratamientos son adecuados para todas las personas, pero con el tratamiento correcto, el 80 – 90% de los pacientes con depresión pueden ser tratados exitosamente.
Por ejemplo, la psicoterápia –o terapia hablada- ayuda a la persona a identificar comprender y resolver ciertas cuestiones en su vida diaria que podrían estar contribuyendo a la depresión. Aprender a vivir una vida saludable, feliz y productiva, a pesar de la infección por VIH, es un objetivo común en la psicoterapia. Si bien la depresión mayor de severidad leve a moderada puede responder a la psicoterapia, casos más severos requieren usaualmente de medicamentos antidepresivos. La combinación de psicoterapia y medicamentos antidepresivos ha demostrado ser más efectiva que el tratamiento por sí solo.
Cada uno de los tipos de antidepresivos trabaja a través de diferentes mecanismos de acción para corregir la alteración en el balance de los químicos cerebrales o neurotransmisores.
Lamentablemente no existe en la actualidad una manera determinada de hacer coincidir cada paciente con un antidepresivo en particular, por lo que se necesitan de varias pruebas con diferentes agentes antes de lograr una buena respuesta. Los efectos secundarios son la otra razón por la cual alguien necesite probar con varios antidepresivos persona a persona, la tolerabilidad también.
Cualquier antidepresivo puede causar efectos secundarios; los más potenciales son: dolor de cabeza, mareos, visión borrosa, boca seca, náuseas, vómitos, sedación, agitación, sudoración excesiva, temblores y sueños extraños. También se pueden presntar efectos secundarios en el ámbito sexual y se manifiestan básicamente en eyaculación tardía, disminución de la líbido ( deseo sexual) dificultad para lograr el orgasmo y problemas de erección. El punto más importante a saber sobre los efectos sexuales secundarios, es que son reversibles a los pocos días de haber suspendido la medicación y también se pueden revertir o disminuir con el ajuste de la dosis o el agregado de otro medicamento.
La depresión mayor es una condición tratable y existe una cantidad de opciones de tratamiento disponibles en crecimiento.
La vida con el VIH o SIDA es suficiente como desafío y la carga de la depresión afecta negativamente tanto en lo físico como en lo mental. Hoy, la mayoría de los antidepresivos son prescriptos por el médico de atención primaria, y no siempre es necesario ver a un psiquiatra. Si usted siente que podría estar padeciendo de los síntomas de la depresión mayor debería contactar a su doctor.
Por: Bernard M. Bierman , MD. Texto tomado y adaptado por Azul Positivo de la revista IMPACTO Transnacional
Tal como sucede en la atención del VIH, no hay “cura” para la depresión, pero hay una cantidad de opciones disponibles en aumento. No todos los tratamientos son adecuados para todas las personas, pero con el tratamiento correcto, el 80 – 90% de los pacientes con depresión pueden ser tratados exitosamente.
Por ejemplo, la psicoterápia –o terapia hablada- ayuda a la persona a identificar comprender y resolver ciertas cuestiones en su vida diaria que podrían estar contribuyendo a la depresión. Aprender a vivir una vida saludable, feliz y productiva, a pesar de la infección por VIH, es un objetivo común en la psicoterapia. Si bien la depresión mayor de severidad leve a moderada puede responder a la psicoterapia, casos más severos requieren usaualmente de medicamentos antidepresivos. La combinación de psicoterapia y medicamentos antidepresivos ha demostrado ser más efectiva que el tratamiento por sí solo.
Cada uno de los tipos de antidepresivos trabaja a través de diferentes mecanismos de acción para corregir la alteración en el balance de los químicos cerebrales o neurotransmisores.
Lamentablemente no existe en la actualidad una manera determinada de hacer coincidir cada paciente con un antidepresivo en particular, por lo que se necesitan de varias pruebas con diferentes agentes antes de lograr una buena respuesta. Los efectos secundarios son la otra razón por la cual alguien necesite probar con varios antidepresivos persona a persona, la tolerabilidad también.
Cualquier antidepresivo puede causar efectos secundarios; los más potenciales son: dolor de cabeza, mareos, visión borrosa, boca seca, náuseas, vómitos, sedación, agitación, sudoración excesiva, temblores y sueños extraños. También se pueden presntar efectos secundarios en el ámbito sexual y se manifiestan básicamente en eyaculación tardía, disminución de la líbido ( deseo sexual) dificultad para lograr el orgasmo y problemas de erección. El punto más importante a saber sobre los efectos sexuales secundarios, es que son reversibles a los pocos días de haber suspendido la medicación y también se pueden revertir o disminuir con el ajuste de la dosis o el agregado de otro medicamento.
La depresión mayor es una condición tratable y existe una cantidad de opciones de tratamiento disponibles en crecimiento.
La vida con el VIH o SIDA es suficiente como desafío y la carga de la depresión afecta negativamente tanto en lo físico como en lo mental. Hoy, la mayoría de los antidepresivos son prescriptos por el médico de atención primaria, y no siempre es necesario ver a un psiquiatra. Si usted siente que podría estar padeciendo de los síntomas de la depresión mayor debería contactar a su doctor.
Por: Bernard M. Bierman , MD. Texto tomado y adaptado por Azul Positivo de la revista IMPACTO Transnacional
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