(Azul+) Pasamos casi un
tercio de nuestra vida en los brazos de Morfeo, sin embargo, las tendencias de
la vida moderna nos han llevado poco a poco a suprimir las horas de sueño, por
alguna razón o por otra, cada vez dormimos menos, lo que trae consecuencias
notables para nuestro organismo.
Dolores de espalda, cefaleas
(dolor de cabeza), insomnios nocturnos, somnolencias diurnas, gastroenteritis,
cardiopatías e hipertensión son algunos de los efectos que se pueden producir
gracias a la falta de descanso.
El común de las personas duerme
entre 6 y 9 horas diarias, sin embargo, algunos especialistas consideran que más
que cuantificar las horas de sueño se le debe dar al cuerpo el tiempo de
descanso que requiera, atendiendo a las señales que el propio organismo utiliza.
Las principales recomendaciones
para dormir bien se centran en hábitos de vida y comodidad. Es necesario
acostumbrarse a ir a la cama a la misma hora todos los días ya que el cuerpo se
habitúa, quizás después de tomar un vaso con leche, de escuchar música
relajante o de tomar un baño. Los problemas familiares, de estudio o de trabajo
deben echarse a un lado, de lo contario se hará muy difícil conciliar el sueño.
Se recomienda no leer ni ver
televisión en la cama, y sólo utilizarla para dormir, relajarse o hacer el
amor. La almohada debe permitir que nuestra columna quede alineada –no arqueada-
y el colchón debe tener una dureza intermedia.
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