(Azul+) A pesar de los
grandes avances que se han conseguido en materia de igualdad de derechos para
las mujeres, existen aún muchos aspectos que nos sitúan en desventaja con
respecto a los hombres. Cuando analizamos este tema en el contexto de la
propagación del VIH/Sida, nos encontramos con situaciones muy preocupantes; por
ejemplo, la mujer por su naturaleza biológica es más vulnerable a adquirir
alguna infección de transmisión sexual en su carácter de receptiva en las
relaciones íntimas, a eso se suma el panorama del machismo propio de esta parte
del mundo que deja a la mujer en un estado de sumisión y dependencia social
bastante grave.
Esta realidad no es exclusiva
de las mujeres con una determinada orientación sexual; todo lo contrario, tanto
heterosexuales como bisexuales y lesbianas enfrentan diversas formas de
violencia así como desigualdades. La investigadora Myriam Brito Domínguez, en
un artículo publicado por el portal OpciónBi comenta que “Cuando una mujer se
infecta de VIH, sus condiciones de vida, su sobrevivencia, derechos, así como
su propia dignidad humana se verán aún más afectados ya que, además de ser
mujer (lo cual es una desventaja social aún en nuestro tiempo) ha contraído una
enfermedad sobre la que pesa un gran estigma
y que coloca a quien la adquiere en una posición de riesgo y
vulnerabilidad”.
Brito comenta que cuando
se compara, por ejemplo, el número de agrupaciones de mujeres con las organizaciones
del colectivo gay en lo referente a lucha por derechos o en materia de VIH, los
varones homosexuales llevan una gran ventaja, entre otros aspectos porque en
muchos casos son las encargadas primordiales de la familia, tanto en lo doméstico
como en lo económico: “Lo cual implica que tengan dobles o hasta triples
jornadas de trabajo; –reflexiona Brito- no tienen condiciones suficientes para
defender sus derechos, ya que la lucha por su sobrevivencia ocupa todo su
tiempo y energías; son objeto de discriminación laboral política y social, así
como de violencia en diversas formas”.
Cuando una mujer se infecta con el VIH,
sus condiciones de vida, derechos, así como su propia dignidad humana se verán
afectados ya que, además de las desigualdades sociales que implica ser mujer,
ha contraído una enfermedad sobre la que pesa un gran estigma
Sobre la base de lo
anteriormente expuesto caben varias reflexiones: En primer lugar es importante
que las mujeres (independientemente de su orientación sexual) entendamos que
debemos valorarnos, que tenemos aspectos particulares y que gozamos de los
mismos derechos que los hombres; tenemos derecho a negociar en el campo sexual,
de usar condón si lo consideramos pertinente, de opinar en lo que es mejor para
nosotras. Por otro lado, debemos sumarnos a la lucha de mujeres que se
organizan en pro de nuestros derechos o conformar agrupaciones en nuestras
localidades. Pedir, proponer y exigir al Estado verdaderas políticas que
garanticen mejores condiciones de igualdad y que se cumplan. Las mujeres que
viven con VIH no deben bajar la guardia; deben actualizarse en los temas
relacionados con su salud y trabajar en función de eso.
Por naturaleza somos
capaces de desempeñarnos en diversos roles, orientemos nuestros esfuerzos hacia
la consecución de estas metas.
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