Las organizaciones de la sociedad
civil que integran la Red de Derechos Humanos del Estado Zulia (REDHEZ) hacen
del conocimiento público nacional e internacional la grave situación que se
vive en materia de acceso a la medicación antirretroviral, necesaria para
tratamiento oportuno del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) y su
consecuencia sintomática conocida como Sida.
En el estado Zulia, la
organización Azul Positivo ha identificado un desabastecimiento cercano al 95%
en materia de terapias antirretrovirales, afectando esta realidad a más de
9.300 usuarios que requieren de esta medicación para inhibir la replicación del
virus y fortalecer el sistema inmunológico. En el ámbito nacional, esta grave
situación estaría afectando a más de 77 mil personas, según las propias
estimaciones del Ministerio del Poder Popular para la Salud.
Estos medicamentos se compran a
través del Fondo de Población de las Naciones Unidas, tras mecanismos
dispuestos por la Organización Panamericana de la Salud (OPS-OMS), no obstante,
para contar con los necesarios para el 2018 se debió hacer una inversión por
parte del Estado venezolano por el orden de los 22 millones de dólares
estadounidenses, e iniciar los procesos de compras desde julio de 2017.
Próximos al cierre del primer
trimestre de 2018, el Ministro de Salud, Luis López, no ha firmado el punto de
cuenta para la compra de estos medicamentos, lo que representa un atraso de
nueve meses para tales efectos y se traduce en un duro golpe al derecho a la
salud y a la vida de decenas de miles de venezolanos.
En el estado Zulia, de manera
extraoficial, se conoce que no hay medicamentos antirretrovirales para las
embarazadas diagnosticadas con VIH, tampoco para accidentes laborales y no
laborales asociados con esta patología, y los 309 niños, niñas y adolescentes
que requieren de estas terapias están próximos a quedar completamente sin
medicación gracias a la negligencia del Estado venezolano. El limitado stock de
medicamentos disponibles no fue adquirido por el Ministerio de Salud, sino
conseguido a través de la intervención de la Agencia de las Naciones Unidas
para el VIH y el Sida (ONUSIDA) por medio de mecanismos de cooperación
internacional.
Si bien ni el Programa Regional
de VIH ni su Coordinación Nacional dependiente del Ministerio del Poder Popular
para la Salud en Caracas ofrecen estadísticas al respecto, la organización Azul
Positivo ha podido constatar a través de usuarios y médicos tratantes una
migración de entre 80 y 95 pacientes con VIH semanales fuera del país, sólo en
la entidad zuliana, movilizados por el temor de comprometer su salud y morir a
causa del desabastecimiento de medicamentos antirretrovirales. En los últimos
meses, 65 familias con menores y afectadas por el VIH en el Zulia han emigrado
con el propósito de salvaguardar sus vidas.
El Estado venezolano, a través
del Ministerio del Poder Popular para la Salud, no ha emitido ningún
pronunciamiento al respecto, por el contrario, niega una emergencia humanitaria
en materia de salud.
En tal sentido, las organizaciones
que integran la REDHEZ exhortan y exigen al Estado venezolano a cumplir sus
responsabilidades constitucionales, así como los acuerdos y tratados
internacionales en la materia con el objeto de garantizar los derechos
fundamentales de decenas de miles de venezolanos que viven con esta condición
crónica, así como a sus familiares, quienes también se ven afectados de forma
directa por esta grave crisis.
Recordamos al ministro de Salud y
a los responsables de la adquisición de estos medicamentos que por sentencia
emanada de la Sala Político Administrativa del Tribunal Supremo de Justica (de
fecha 15 de julio de 1999) se dio a lugar un recurso de amparo que ordena al
Ministerio del Poder Popular para la Salud la compra de los medicamentos
antirretrovirales, para infecciones oportunistas, así como las pruebas
específicas y campañas preventivas para revertir el curso de la epidemia del
VIH en Venezuela.
Recordamos también que no es una
dádiva ni una decisión sujeta a discreción la compra de estos medicamentos sino
una obligación, la cual por su incumplimiento está dejando consecuencias
fatales de decenas de venezolanas y venezolanos semanalmente en todos los
rincones del país.
La sociedad civil organizada
seguirá vigilante y levantando la voz ante las arbitrariedades y deficiencias
en la toma de decisiones en materia de salud; no sólo en lo referente al VIH,
sino de todas la patologías crónicas y muertes prevenibles.
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